HACE ALGUN TIEMPO NOS PUSIMOS DE ACUERDO

Hace ya algún tiempo nos pusimos de acuerdo.

Sin formas, sin colores, sin sabores, sin maquillajes ni sexos. Nos pusimos de acuerdo, nos dimos la mano y aclaramos las misiones que en esta vida debíamos tener. Firmamos un contrato, un compromiso y no le pusimos fecha de término, solo sabíamos que nos íbamos a encontrar.
Solo teníamos la certeza de que en el camino, sin ningún foco rojo que llamara nuestra atención, íbamos a saber que éramos nosotros. Que en algún momento nos caímos bien, así nada más. En algún sitio, nos enamoramos y decidimos nunca terminar la relación.

Y pactamos, y escribimos con tinta de fe que nos cuidaríamos, que nos toparíamos a los 15 o a los 20 o a los 30, no importa, para nuestra alma solo fue un segundo.

Así lo compruebo todos los días, ya no me sorprende, no me sorprende ni un segundo que todos seamos tan diferentes y al mismo tiempo tan parecidos, que nuestras locuras se parezcan, que las historias tengan casi siempre un mismo final, que amores van amores vienen y siempre hay alguien que ya lo vivió primero y puede darnos el mapa mental de lo que puede pasar.

Y así pasando la vida, vamos conquistando este mundo, conquistando corazones, conquistando sonrisas, consolando almas perdidas. Tenemos un nombre, y una identidad pero al final de cuentas nos llamamos igual.

No se cuántos de nuestro tipo existan, no se a cuántos mas nos falta por unir, pero recuerdo las palabras alguna vez… ¿por qué no dejamos que alguien mas entre? ¿Qué somos muy selectivos? Y dijimos: NO. Lo que pasa es que no cualquiera quiere entrar con nosotros. Son ellos quienes a veces nos ven tan fuertes que no se atreven ni siquiera a mirar. No firmaron esos acuerdos.

Y como perros, lamemos nuestras heridas, y compartimos en la manada los sueños colectivos y ayudamos que estos se realicen. Mismos fines, diferentes métodos. Pero siempre nos debemos.
Y están los otros, los extras que se van uniendo y los acogemos y luego solos se van, pero nosotros seguimos siendo los mismos.

Comprobé que hace falta estar, que nos vemos y disfrutamos de una luna llena, de olores y colores que nos regala una ciudad, que solo es marco de nuestra felicidad.
¿Qué somos felices con tan poco? No. Tampoco. Somos felices con nosotros, que eso es ¡bastante!
Asi que aunque no nos veamos a los ojos todos los días, sabemos lo que es estar, lo que es la lealtad, lo que es amar.

Gracias siempre a cada uno de ustedes, por firmar ese compromiso conmigo hace ya muchos siglos y por volvernos a encontrar.

Con amor para ti
De Isis.