De oficio, de vocación.
Siempre he defendido con ahínco y con vehemencia el oficio de locución, descubrí con el paso del tiempo que no es una carrera, me rendí ante la idea de muchos que para ser locutor no se necesita estudiar, con hablar bonito era más que suficiente. Y también lo comprobé. Hay muchos locutores muy buenos que no estudiaron ni pasaron por una carrera en medios de comunicación, ni siquiera un curso de oratoria por casualidad, simplemente eran los simpáticos de la escuela a los que no les daba pena nada. Y si, si la "arman" y generan una buena hora de cabina. Pero no pasa más. Llegan a fabricar buenos números, pero no pasa más. Se vuelven el ídolo del momento en determinado sector, pero no pasa más. Se necesita eso, algo, aquello, no sólo la carrera, no sólo ser simpático, falta algo más, incluso no sólo pasión. Siempre es disciplina, compromiso, respeto y seriedad, porque estás comunicando, porque tienes algo enfrente de ti que es una bomba con efecto de expansión en donde no imaginas cuales son los alcances de la misma.
Con ese mismo ahínco, respeto, devoción estoy entrando a un mundo nuevo. Confieso que me pasaba como a muchos locutores les he oído decir, cualquiera puede escribir, con que tengas que contar y buena ortografía es suficiente. Nada más alejado de la realidad. Nada.
Hace falta como he dicho siempre a los que me preguntan que se necesita para ser locutor, leer. Lee, lee todo lo que puedas, empápate, sumérgete en cualquier pedazo de letras que caiga en tus manos, mientras más le metemos a nuestro cerebro más contenido a utilizar. Observa, cuenta, narra, despierta emociones, provoca, que con tus palabras bien acomodadas saques una risa, improvisa, pero también coloca el chiste donde debe de ir, la risa a tiempo, el suspiro que deje un silencio para que la gente acomode sus ideas, ¡grita! Y enójalos, sacúdelos. Muévelos.
Ahora veo, que soy esa escritora/alumna incipiente que creía que era fácil, que cosa más absurda, me hace falta técnica, prepararme, esforzarme, hay que tenerle ese respeto al oficio, dedicarle tiempo, hacerte de una técnica, imitar un estilo. ¡Válgame! Hacer lo que hice hace 15 años tener la iniciativa pero sentarme a aprender.
Hoy valoro este oficio diario de escritores y pretendo acomodarme un poco en su mundo, primero aprendiéndoles luego imitándoles para después poderme encontrar entre este mundo de letras maravillosos.
Gracias adelantadas a los maestros que vendrán a darme un poco de ellos.
Gracias al tiempo por acomodar las cosas y que todo se diera en este momento.
Gracias a la radio que me ha dado tanto y me seguirá dando. Lo prometo.
Gracias a Dios y al universo, porque no tengo el aire, pero tengo la palabra.
Y como dice por ahí y al fin de cuentas jarocha: ¿qué se necesita para ser locutora o bien ahora escritora? Una poca de gracia y otra cosita...ay arriba y arriba...
Comentarios
Publicar un comentario