CAZADORA




Nunca lo había percibido de ninguna magnitud. Siempre me había parecido un poco ajeno e improbable que sucediera. Y siempre utilizando con cuidado la palabra de siempre, había pensado que todo consistía en como trataras tú a tus semejantes. En esa medida ellos reaccionarían ante ti. Aclaro antes de empezar que sigo viviendo en mi mundo color rosa fuerte. Y que suceda lo que suceda veo las cosas oscuras desde adentro de mi burbuja, no soy ninguna tonta. Las veo, sé que existen, pero no permito que entren. Y cuando alguien intenta reventarla. Se queda en eso en un simple intento.
Pasar por la vida siendo soltera.

Casi no cito a papas, jefes religiosos o algún Dalai Lama, pero esta vez se trata de excepciones, así que lo haré. Leí hace poco que decía El papa Francisco, las mamás son mamás, no es un estado civil. No existe “el madre soltera”. Es mamá y punto. Coincido. Y por otro lado, si no tienes compromiso emocional de pareja, pues es simple: eres soltera.

Tratar de mantener distancia y ser cortés ante la opinión pública y para que no se mal interpreten las muestras de afecto siempre me ha costado un poco de trabajo. Soy de Veracruz, soy jarocha y me encanta apapachar a la gente, la gente que me conoce “malamente” o “nacamente” me dirijo ante hombres y mujeres como “papacito” “mamacita” “mi vida” “mi Rey” “mi amor” “flaco” “reina” etc. Y esto que me es impresionante, sigue causando revuelo. Mi sonrisa se la doy a cualquiera, y si en efecto… me voy con cualquiera que me quiera, y me fundo en un abrazo, y pongo todo mi cuerpo en ese. TODO. A veces me olvido de la postura políticamente correcta. Y sigue siendo eso un problema. Aun los que no me conocen se imaginan muchas cosas… pero los que son hombres de verdad, y los que no confunden el hambre con las ganas de ir al baño pueden oler a kilómetros una mujer que se ofrece de una que simplemente es cortés y amable en su naturaleza.

No ando buscando marido. No así. Sigo siendo la princesa, pero de otro cuento, y me encanta saludar con la mano derecha como Lady Di. Lo prefiero. Hay mujeres que siguen pensando que tienen que cuidar al hombre de personas como yo, es decir de ese raro espécimen de solteras que “dizque” nos comemos el mundo. Nada más alejado de la realidad. No me meto donde no quiero. Ampárense cuando realmente quiera. Porque eso si aclaro, donde pongo el ojo pongo la bala.

Soy cazadora. Quien pueda entenderlo que lo entienda. Pero soy de esas, de las que quieren toda la disponibilidad de tiempo. Emocional, física y económica. Te quiero en mente, en cuerpo en alma. En sonrisa y en ojos. En oídos y en la cama.

Nunca pensé que se pudiera sentir un estigma. Que te tuvieras que amparar detrás de un marido para resolver las cosas más difíciles. Y que la gente pueda tener un respeto. Yo me doy a respetar, con o sin eso.
¿Qué hacer chicas si están pasando por eso? Por la recuperación de tu vida emocional, por saberte soltera y sin compromiso, y no ser una amenaza para nadie. Y decirles a ellas, a estas y a las otras que entre nosotras que somos las peores castigadoras no podemos traicionarnos. Y debemos de respetar. A mí me lo enseñaron.
Me duele que a veces se alimenten malas imágenes y percepciones. Solo por tener una sonrisa cordial. ¿Qué si la voy a quitar de mi rostro? No. Nunca.

Que seguiré siempre rodeada de hombres sí. Me han dado tanto, son mis mejores maestros, amigos, amantes y compañeros de vida.
Y seguiré por siempre respetando a las mujeres.
Empezando por mí.
Solo que sí, y solo si…reitero. Yo soy la cazadora. No la zorra.

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